Esquel: 5 razones para conectar con un «destino auténtico»

Esquel propone “un respiro” en el contexto del presente vertiginoso: Naturaleza, gente amable, paisajes memorables y la tranquilidad que estabas buscando. “Venir a Esquel no solo es viajar: es volver a sentirte bien”, sostienen desde la secretaría de Turismo local.
“El bienestar está en la esencia de Esquel, en su tranquilidad, su autenticidad, su entorno natural y también en el disfrute de los elementos de la naturaleza. Moverte te hace bien”, remarcan.
Desde observar las estrellas y escuchar su historia ancestral a través del astroturismo, hasta volar en parapente por los cielos más limpios de la Patagonia, “estas son 5 razones para disfrutar de un destino que lo tiene todo”, anuncian.
- 1. Naturaleza, escenario de experiencias
Esquel se encuentra al noroeste de la provincia de Chubut y es la ciudad más importante de la región. Se sitúa en una zona de ecotono, un área de transición entre la estepa y el bosque andino patagónico.
Es la puerta de entrada a infinitas experiencias en diversos escenarios naturales: desde el majestuoso Parque Nacional Los Alerces, sus paisajes frondosos y sus bosques milenarios, hasta el Área Natural Protegida Piedra Parada, un sitio donde el tiempo se detiene y las formaciones geológicas cuentan la historia de la tierra. En este lugar, la naturaleza habla para quienes están dispuestos a escucharla.
El avistaje de una amplia variedad de aves como el Cisne de Cuello Negro, el Cóndor Andino Patagónico, la Loica o el Chucao es una experiencia enriquecedora y auténtica que solo podrás disfrutar en una zona de ecotono.
Asimismo, “Esquel y sus alrededores cuentan con paisajes imperdibles” para quienes buscan se atraen por turismo floral: los ciruelos en flor durante la primavera, el campo de tulipanes en octubre, el campo de peonías en diciembre y el campo de lavanda en enero, son paisajes imperdibles.
Para quienes buscan el silencio de la naturaleza para reconectar con su esencia, la tranquilidad de la Reserva Natural Urbana Laguna La Zeta y la Laguna Willmanco brindan un respiro a escasos kilómetros de la ciudad, y son lugares a los que se puede acceder simplemente caminando o en bicicleta.
- 2.Tierra: pisar fuerte y respirar profundo
En Esquel, cada paso cuenta una historia. Caminar entre montañas, respirar aire puro, tomar agua de un arroyo, son experiencias que no tienen precio y nos conectan con la tierra en su estado más puro.
Para quienes buscan crecer en cada paso, Esquel cuenta con una red de senderos con más de 16 circuitos de diferentes dificultades y distancias, con vistas que deleitan la vista y acarician el alma. Entre los sitios predilectos, se encuentran el Cerro 21, la Reserva Urbana Laguna La Zeta, la Laguna Willmanco y Alto Río Percy.
“El Parque Nacional Los Alerces es otro de los imperdibles”, exaltan. Este sitio, declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2017, cuenta con más de 30 senderos de diferentes características y terrenos. Desde sendas accesibles como Pinturas Rupestres a metros del Lago Futalaufquen, hasta el desafiante ascenso al cerro Alto El Petiso, ubicado en el corazón del Parque. Un sendero para cada experiencia.
El trekking es una actividad que se transforma al ritmo de la naturaleza: en otoño, los bosques se tiñen de tonos anaranjados y ocres; en primavera y verano la naturaleza despierta y brilla con su máximo esplendor, y en invierno, la nieve maquilla las montañas e inspira desafío en cada paso.
“Si buscás conexión con los animales, paisajes únicos y una vivencia auténtica, las cabalgatas no pueden faltar en tu plan”, subrayan. Esta terapia combina aventura y las mejores vistas de los alrededores de Esquel. La ciudad cuenta con tres centros ecuestres que ofrecen diferentes excursiones, con propuestas que combinan historia, identidad y experiencias gastronómicas.
Y “si lo que buscás es viajar en el tiempo, el Área Natural Protegida Piedra Parada te llevará a conectar con otros tiempos”, apuntan.
En este sitio se pueden observar fenómenos geológicos como vestigios de volcanes y glaciares que datan de 55 millones de años atrás a la costa del Río Chubut. Además, Piedra Parada es el paraíso para los escaladores y los amantes del trekking.
- 3. Agua: el reflejo de lo esencial
En Esquel, todo fluye al ritmo de la naturaleza. “Si el agua está calma, vos también. Navegá, remá o simplemente observa tu reflejo en los espejos más prístinos de la Patagonia”, ponderan.
Compartir unos mates contemplando cascadas de deshielo, sentir el aroma a tierra mojada y escuchar el sonido del agua cayendo también es conectarte con lo esencial.
Desde kayak en “La Zeta”, hasta remar en el Lago Verde y contemplar los tonos turquesas del Río Arrayanes, el destino ofrece propuestas como alquiler de equipos, contratación de excursiones de medio día o travesías de día completo para un desafío mayor.
“Si te atrae la idea de sentir la adrenalina en tu cuerpo y deslumbrarte con los paisajes cordilleranos, el rafting es para vos”, enfatizan. Los rápidos del río Corcovado atraen a los amantes de las aguas blancas que desean una aventura extrema, y también a personas que desean realizar la actividad por primera vez, acompañados de guías profesionales bajo estrictas normas de seguridad.
La región cuenta con lagos, ríos, lagunas, arroyos y vertientes, un escenario privilegiado para la pesca deportiva y la pesca con mosca. Desde el Lago Futalaufquen, hasta ríos cordilleranos como el Río Futaleufú, la zona alberga espejos de agua de categoría mundial.
- 4. Aire: libertad que inspira
“Respirar el aire patagónico es una experiencia que hay que vivir para sentir la renovación y el bienestar. Aire puro, vistas amplias, silencio que inspira. Sentir el viento es sentir que estás libre”, reflexionan.
Con el canopy en Pueblo Alto “sentirás el vértigo de desplazarte entre la copa de los árboles en un entorno rodeado de naturaleza en todas sus formas, próximo al mítico Cordón Situación, a pocos metros de la portada centro del Parque Nacional Los Alerces”.
“Si buscás un desafío mayor, volar en parapente por los cielos de Esquel es una experiencia novedosa e indescriptible. Estos vuelos biplaza, cuentan con el acompañamiento de un piloto profesional y la posibilidad de registrar el vuelo de manera audiovisual profesional”, proponen.
Las vistas panorámicas a Esquel, a escasos minutos del centro de la ciudad, te brindarán una perspectiva de amplitud y contemplación del entorno. Ideal para compartir unos mates y observar el atardecer sureño, una pintura que despliega colores únicos.
- 5. Calidez patagónica: la gente y sus sabores
Hay destinos que se disfrutan por sus paisajes, y otros por su gente: en Esquel ambos se combinan. El relato de sus antiguos pobladores, su cultura ferroviaria y la identidad esquelense, cautiva a los amantes de historias.
El “Viejo Expreso Patagónico” es memoria pura del desarrollo de la región y el legado de las comunidades Mapuche-Tehuelche que habitaron y habitan la comunidad de Nahuelpan. En su sonido inconfundible se funden paisajes patagónicos, musicalidad y las historias más cautivantes de este valle.
La calidez de sus habitantes es una característica de esta ciudad sin semáforos, donde los autos ceden el paso y la gente recibe a los visitantes con una sonrisa. Esquel ha sido elegida como la ciudad más amable de Argentina por el prestigioso ranking Traveller Review Awards de Booking.com.
Si hablamos de encuentro y disfrute, los sabores y la gastronomía no pueden faltar: el exquisito cordero patagónico, la trucha ahumada, los vinos más australes del mundo y el inconfundible sabor del chocolate artesanal, son caricias que deleitan los paladares de quienes visitan y sienten Esquel con todos sus sentidos.
Si estás pensando en visitar Esquel, la Subsecretaría de Turismo está para ayudarte. Contacto: +54 2945 529616 – Sitio web: www.esquel.tur.ar