Iruya sólo puede ser explicada viviendo su belleza y profundidad

Se pueden escribir cientos de líneas sobre Iruya, se pueden exponer fotos y videos desde múltiples ángulos, pero no hay nada que pueda superar a las sensaciones que producen en el cuerpo sus bellezas naturales y la interacción con sus habitantes. Ubicada a 315 km de Salta capital, Iruya tiene una fisonomía tan particular como que parece colgada de una montaña. El pueblo y sus alrededores están dentro de la reserva de biosfera de las Yungas, protegida por la Unesco desde 2002. En 1995 fue declarado Lugar Histórico Nacional. Bien puede decirse que es indispensable conocer Iruya.

Calles angostas, empedradas y empinadas, con casitas de adobe y piedra en medio de un paisaje de gran belleza, son algunas de sus particularidades. No hay que buscar en Iruya una ortodoxia urbana. No hay bicicleta posible, no es un ámbito para disfrutar de un paseo en auto; es un espacio principalmente para caminar sin apuro y dejarse llevar por las imágenes.

Se llega a Iruya pasando por Jujuy, desde la Quebrada de Humahuaca, y comparte una “frontera” a 4.000 metros de altura, desde donde se siente a la Pachamama. La ciudad está a 2.780 metros sobre el nivel del mar y cuenta con poco más de 1.500 habitantes.

Queda a 73 kilómetros al norte de la ciudad jujeña de Humahuaca. Viajando en auto desde Salta o cualquier ciudad o localidad de la Quebrada de Humahuaca por la ruta 9, perfectamente asfaltada. Luego hay que tomar el desvío a mano derecha y conducir 48 km por camino de ripio que corresponde a la ruta 13, que luego se convierte en la ruta provincial 133.

En auto se demoran aproximadamente unas 2 horas porque hay que conducir con precaución, a 30 o 40 km por hora, ya que es camino de alta montaña y además el vehículo tiembla bastante por el “serrucho”. Caso de querer evitar el esfuerzo de conducir, se puede llegar por transporte público desde Humahuaca.

El recorrido en sí es un paisaje fantástico, con parajes donde sus habitantes transitan sus vidas en un plano sorprendente para quienes están habituados a las clásicas ciudades.

El contraste…

Un visitante clásico se topa con un escenario de película cuando desde lo alto observa el casco de Iruya al final del camino de ripio. Este primer “choque” con una realidad diferente constituye el punto de partida a las sensaciones y experiencias.

La dinámica del pueblo tiene un estrecho vínculo con la llegada de turistas de distintas partes del mundo, pero no se altera en su día a día.

Observación

Los ojos de ciudadanos que habitan en lugares estresantes de la Argentina tienen la oportunidad de apreciar aquello que muchas veces les pasa por un costado y ni se dan cuenta.

Detenerse, observar, hacer silencio, respetar, escuchar a un coplero, a exponentes de pueblo originales, a una maestra local, a una mujer solito acompañada por una llama en medio de la inmensidad, le dan forma a algo esencial, muy recomendable.

  • Naturaleza, Pachamama y tradiciones

La iglesia de San Roque y Nuestra Señora del Rosario fue fundada hacia 1753, está en la entrada del pueblo y frente a ella se celebran las fiestas y danzas rituales. Es la postal de Iruya y un lugar ícono, que no puede dejar de visitarse en el pueblo. Todas las principales fotos conducen a este lugar.

Fiesta Patronal en honor a la Virgen del Rosario

Se celebra el primer domingo de octubre y es la más importante del pueblo. El sábado a la mañana comienza la ornamentación de las calles, repique de campanas y el Ángelus. Los cachis se promesan a la Virgen con el acompañamiento de imágenes religiosas que llegan de las comunidades del interior.

Luego se realiza la tradicional adoración a la Patrona, mientras el sacerdote y el pueblo entonan el Aleluya. Por la tarde, se realiza la celebración comunitaria de los bautismos, novena y misa, finalizando la jornada con la “Luminaria de Víspera de la Fiesta”, con fuegos artificiales. Casi a medianoche se realiza la serenata en honor a la Virgen.

El domingo, miles de fieles y turistas acuden al pueblo, la jornada comienza con la “Salva de Bombas”, adoración del Alba por los cachis, Rosario, Misa para los Peregrinos e incensación de las imágenes. Le sigue el tradicional “Izamiento del Pabellón Nacional” a cargo de la municipalidad y la misa, continuando con la procesión y adoración de los cachis.

Al siguiente fin de semana, en la “Octava de la Fiesta”, siguen las fiestas patronales repitiendo los actos. También se puede disfrutar de la feria del “trueque” en las carpas que se arman en el lecho del río Iruya y en la plaza del pueblo, donde se puede comprar diversos productos, tanto naturales como fabricados, y degustar diferentes comidas de la zona.

Fiesta Patronal en honor a San Roque

Es la fiesta del otro patrono de Iruya que se celebra el 16 de agosto, donde se realiza la misa y después la procesión con las imágenes por las calles del pueblo. Finalizada la procesión frente a la Iglesia, “los cachis” divierten a los presentes con sus ocurrencias y luego danzan adorando las imágenes. A continuación, se realiza un almuerzo comunitario en el Bº San Roque, luego del cual la gente vuelve hacia la Iglesia, frente a la que se produce la cuarteada.

Esta es una danza característica en la que los participantes danzan de a dos (dos hombres o dos mujeres) tomando una media res de oveja, moviéndola coordinadamente hacia adelante, hacia atrás y hacia arriba, dejando pasar por debajo a otra que lleva otra media res.

Cuando finaliza la música de los erques, cada pareja separa las medias reses en cuartos mediante fuertes tirones. En Iruya y para San Roque, se les coloca a los perros un collar hecho con retazos de diferentes telas, lo que los hace lucir bien coloridos y recuerda la protección por parte del santo hacia las mascotas.

Danza de los cachis

“Los cachis” son hombres integrantes de una especie de ballet sagrado que realizan la danza frente a la Iglesia en honor a la Virgen. Estos hombres disfrazados prometen interpretar “el baile sagrado” durante tres años. Los personajes están integrados por dos caballeros, un toro, un negro y tres parejas de distintas edades que encarnan al conjunto del pueblo, al ritmo de erkes (o cornetas), cajas, flautillas y cascabeles que completan el atuendo de algunos bailarines.

Celebración de la Pachamama y San Ramón

Los primeros días de agosto es la tradicional fiesta de la ofrenda a la Pachamama, que consiste en darle comida y bebida, como ofrendas, a la tierra. Para finales de este mes se lleva a cabo la festividad de San Ramón en Las Higueras, caserío cercano a Iruya.

Gastronomía de Iruya

En Iruya, como en toda esta zona, se usan ingredientes ancestrales y típicos como quinoa, habas y variedad de papas andinas (oca, tuni, churqueña, colorada, runa, entre otras); además se pueden saborear platos como guiso de papas verdes, guiso de quinoa y pastel de quinoa.

Flora y fauna

La zona montañosa del norte salteño tiene una característica especial, las laderas este tiene abundante vegetación y caudalosos ríos, y las laderas oeste son áridas y secas. En este último lado se sitúa Iruya, un pequeño pueblo colgado de una meseta que avanza sobre una quebrada.

Circuito de los Caminos del Inca

Un hermoso recorrido por estos caminos permite conocer las costumbres ancestrales y formas de vida, con gran raíz en el pasado precolombino, de la historia local, cuya evidencia ha quedado registrada en apachetas y ruinas de monumentos y santuarios incaicos.

Circuito de los Cóndores

Desde Iruya, en vehículo, se puede acceder a lugares increíbles en cuanto a inmensidad e imponencia, en donde estos ejemplares típicos de la zona son fáciles de observar sobrevolando las hermosas montañas, a casi 4.800 msnm.

San Isidro

A 8 kilómetros de Iruya está este pequeño pueblo que también venció las alturas al estar suspendido de un barranco. Las familias que lo habitan subsisten del turismo, tejidos, artesanías, agricultura regional y ganadería. Se puede llegar en lomo de mula, caminando o en 4×4, siguiendo el margen del río Iruya.

Se llega al pie del pueblo y la grata sorpresa inicial la otorgan cariñosos burros, que se entremezclan con los visitantes para buscar afecto. Fotos, caricias, contacto directo, todo muy agradable.

Se encara una escalera de 54 escalones para llegar al corazón de San Isidro, donde se entrecruzan imágenes y se abren las puertas a charlas enriquecedoras.

Como quedó dicho, a la par de las bellezas naturales, están las bellezas de las conversaciones y contactos con quienes viven en San Isidro.

Fiesta Patronal de San Isidro

El 15 de mayo son las fiestas patronales de San Isidro Labrador, realizando festejos y las ofrendas correspondientes. Además, se hace una procesión con instrumentos regionales.

Trekking a San Isidro

Los amantes de la aventura pueden, en medio de un paisaje agreste, caminar por el lecho del Río Iruya hasta llegar a este hermoso paraje ubicado a 8 km del pueblo. Se tarda entre dos horas y media a tres; el camino no es dificultoso, pero si pedregoso ya que es lecho del río.

Por Alejandro Delgado Morales – María Pilar Delgado Niglia