La Rioja chaya y retumba en el gran escenario y en los barrios

La apertura del Festival Nacional de la Chaya, uno de los eventos más esperados de la temporada, con una propuesta llena de música, danzas y celebraciones, iluminó la noche riojana del viernes en el autódromo local. En tanto, como buen febrero, en cada rincón de la provincia se celebra a pura harina y albahaca. Una cita cargada de tradición y corazón.
En el marco del Festival, Abel Pintos concentró las mayores miradas de la noche, en un contexto artístico y popular propio del clima chayero. El afamado artista desplegó su talento y empatía popular cumpliendo una gran actuación.
Público proveniente de distintos puntos del país, de igual manera que representantes de medios periodísticos provinciales y nacionales, le dieron forma a una jornada de alta gama.
El operativo de seguridad, que será implementado durante las tres noches del festival, involucra a 675 efectivos policiales por jornada y corona una cuidada organización del ministerio de Turismo y Culturas provincia.
Pasaron por el escenario:
Músicos populares del Bermeo, Los de Santa Cruz, Famatrio, Priscila Ortiz, Canto legüero, Gredales, Los Olivareños,1 Brenda Hernández, la Bruja Salguero, Abel Pintos, Vocal Norte, Manolo Puga, Los Auténticos Príncipes, Christian Herrera, Los Cantores del Alba y 40 años Trulala.
La Peña del Chaya
En paralelo al Festival mayor, se desarrolló La Peña del Chaya en el Complejo Chaya, ubicado enfrente del Autódromo. Una propuesta desarrollada por la Secretaría de Turismo de La Rioja y la Municipalidad de la ciudad capital que reunió a cientos de familias.
Productores, emprendedores, artesanos, entre diferentes expresiones riojanas, con el complemento de una grilla de artistas locales, tuvieron también la primera de tres noches chayeras.
La Ruta chayera tienen continuidad durante la jornada sabatina, con múltiples “estaciones” populares en los barrios.
La Rioja está de fiesta a pura tradición y energía positiva.
Por Alejandro Delgado Morales – Fotografía: Pilar Delgado Niglia