Una especial invitación al corazón del noroeste bonaerense

Dejarse llevar por caminos arbolados, pueblos que guardan secretos centenarios y paisajes que parecen pintados a mano en la provincia de Buenos Aires. Esta travesía por General Pinto, General Villegas, Rivadavia y Florentino Ameghino invita a viajar sin apuro, a escuchar el murmullo de las lagunas, a recorrer museos que cuentan la historia de quienes forjaron estas tierras y a saborear la calma de una región que combina cultura y naturaleza en partes iguales. Un plan perfecto para disfrutar el próximo fin de semana largo de noviembre y durante todo el año.

La historia se revive a cada paso: fuertes que recuerdan la Campaña al Desierto, obras de grandes maestros argentinos, rincones que inspiraron a escritores de renombre. La naturaleza también tiene su voz: extensas arboledas que regalan sombra generosa, lagunas tranquilas ideales para la pesca y el bosque artificial más grande de la provincia. Todo acompañado por la calidez de los cascos históricos, donde la arquitectura habla de un tiempo que todavía vive en sus calles.

Día 1 – General Pinto, historia y descanso campestre

El viaje comienza con la partida desde el Área Metropolitana de Buenos Aires hacia General Pinto, en un trayecto que dura aproximadamente cuatro horas. La primera parada es el Museo y Fuerte General Lavalle, un espacio donde el tiempo parece haberse detenido. Entre paredes que recrean el antiguo fuerte y vitrinas repletas de objetos del siglo XIX, desde piezas de pueblos originarios hasta herramientas agrícolas, el visitante se sumerge en los días de la llamada Campaña al Desierto.

Luego, el Parque Municipal Martiniano Charras se abre como un gran patio verde, con arboledas, parrillas, natatorio e instalaciones deportivas que invitan a una pausa al aire libre.

Y para quienes buscan un momento de calma junto al agua, las lagunas cercanas ofrecen el escenario perfecto para la pesca. Al caer la tarde, el recorrido continúa hasta General Villegas, para pasar la noche.

Día 2 – General Villegas, arte y literatura en el aire

El segundo día amanece entre las calles de General Villegas, para seguir descubriendo historias en el Circuito Cultural Manuel Puig. La vida y la obra del autor en primera persona, a partir de recorridos por los lugares donde vivió y sobre los cuales escribió. Por ejemplo, los escenarios que dieron vida a Coronel Vallejos, la ciudad ficticia del célebre escritor.

“Villegas es conocida mundialmente gracias a la obra de Puig”, afirmó Patricia Bargero, bibliotecaria y escritora de las memorias de Puig, quien además vive en una de las casas que él habitó.

“Puig en acción” es una propuesta que engloba talleres literarios y eventos artísticos en torno de la figura del autor, un personaje controversial en la ciudad por generar un clima de amor-odio a su alrededor. Los personajes de sus novelas tienen tanta similitud con los reales que muchos en el pueblo se sintieron identificados y molestos.

El circuito urbano ofrece una combinación de los lugares mencionados en las novelas Boquitas Pintadas y la Traición de Rita Hayworth, sus primeras dos obras que también fueron fundamentales en su vida.

Muy cerca, el Museo Municipal de Bellas Artes Carlos Alonso despliega un tesoro artístico: la impactante serie “La guerra al malón” y obras de grandes maestros argentinos, además de muestras y actividades que acercan el arte a toda la comunidad.

El día se completa con un paseo por el Parque Municipal, donde el verde y las actividades recreativas permiten cerrar la jornada con energía renovada. La noche también transcurre en General Villegas.

Día 3 – Rivadavia, entre memorias y naturaleza

La mañana invita a tomar rumbo hacia Rivadavia, donde el pasado y la naturaleza se dan la mano. El Museo Histórico de Rivadavia, ubicado en la antigua estación ferroviaria de América, guarda entre sus salas los momentos fundacionales del distrito y una emotiva Sala de San Mauricio que conmueve a cada visitante.

“Teniendo en cuenta que los destinos más conocidos, también son los más caros, hay una oportunidad de presentarse como un destino económico pero con similares prestaciones a otros que se acostumbra viajar», explicaron desde Turismo local.

En el Museo Argentina Intercultural, la mirada se abre a la cosmovisión y el legado de los pueblos originarios, una experiencia que enriquece y sensibiliza. La naturaleza cobra protagonismo en el Vivero Forestal Francisco P. Moreno, el bosque artificial más grande de la provincia de Buenos Aires, ideal para actividades al aire libre y con una tirolesa que despierta el espíritu aventurero.

“El espacio del vivero resulta excepcional y las actividades dentro del predio son sorprendentes, la gente disfruta muchísimo de los 7 puentes colgantes con diferentes niveles de dificultad y los 45 metros de tirolesa con 4 metros de altura”, destacaron.

Para cerrar la jornada, el Complejo Laguna Cuero de Zorro es el rincón soñado  de pescadores y donde el agua trae paz. La noche, nuevamente, se abre hacia Villegas.

Día 4 – Florentino Ameghino, arquitectura y cultura

El último día sorprende en Florentino Ameghino, un rincón donde la arquitectura y la memoria dialogan en cada esquina.

El Palacio Municipal luce su elegancia sobria, el Centro Cultural combina tradición y modernidad, la Sociedad Española y la iglesia preservan la identidad de la comunidad, y la Estación Hesley -con sus vagones antiguos y su aire nostálgico- es un viaje en sí misma.

Tras casi cinco horas de ruta, el regreso al AMBA deja en el corazón postales de campo, aromas criollos y la certeza de que el noroeste bonaerense sabe recibir como pocos