Memoria e Identidad: El Parque Natural y Arqueológico Saladillo

El Parque Natural y Arqueológico Saladillo es “un museo a cielo abierto”, como lo define el arquitecto Juan Carlos Giuliano, arqueólogo e investigador encargado de la recuperación patrimonial de esta impactante reserva natural recargada de historia, que se encuentra a 11 kilómetros de la capital de La Rioja y alberga en cada rincón algo para destacar, entender y descifrar. Desde turismo180grados nos dejamos llevar por los relatos, que compartimos, también, como manera de incentivar a que sea visitado.

Su valioso patrimonio histórico, turístico y arqueológico configura un recorrido por diferentes etapas, que van desde pueblos originarios en el período prehispánico, el período jesuítico con eje productivista en base al trabajo de esclavos negros traídos del África y el de la conformación del Estado Nacional y Provincial, hasta un paso en tiempos de oscuridad en la Argentina, léase durante la pasada dictadura.

Ricardo León (guía) y Juan Carlos Giuliano, arqueólogo e investigador
  • Estancia La Saladilla – Historia:

Hace unos 2000 años el territorio que conocemos con Saladillo estaba habitado por familias amplias (clanes) que se asentaron en el lugar en forma permanente. Dispusieron de nuevas tecnologías como la cerámica, los textiles y el tallado en piedra. No tenías jefes permanentes ni jerarquización social, según las investigaciones realizadas.

En el actual Parque también hay restos materiales de paredes de 3 o 4 metros de altura, pertenecientes a la estancia jesuita que se estableció allí, y que tuvo como misión principal generar recursos, a través de la fabricación de cal, tinajas y tejas a cargo de esclavos traídos de África para sostener el colegio jesuita ubicado en la ciudad de La Rioja.

Después de los jesuitas, hubo una apropiación de los terrenos por parte de la familia Bustos. Vicente Bustos fue comandante de armas de La Rioja y expulsó a los jesuitas de La Rioja, quedándose con sus tierras. Hacia 1850 terminó siendo dueño del lugar don Natal Luna Bustos quien, además de ser el suegro de Joaquín Víctor González, fue también gobernador de la provincia.

Natal Luna Bustos construyó una casona que se hizo sobre parte de las ruinas de la ex estancia jesuita (quedó en pie la nave central de la Iglesia y el campanario que convertiría en baño), y que luego prestó a un ingeniero francés de apellido Laforgue, encargado de construir un ferrocarril entre La Rioja y Catamarca. Para ese entonces, la casona exponía un tipo de construcción inédita: tenía sótano y estufa a leña, y un sistema constructivo con techo plano que se había inventado 20 años antes en Londres y más tarde, copiado en la ciudad de La Rioja.

Tiempo después, murió de tuberculosis la hija del ingeniero Laforgue, Anita, y desde ese momento comenzó a divulgarse el mito de que, en la Estancia El Saladillo, aparece el fantasma de la joven vestida de blanco que habla y canta en lengua extranjera.

 

 

  • Estancia La Saladilla – Unidad productiva

La estancia La Saladilla fue durante el período colonial una de las unidades productivas destinadas al sustento económico del Colegio Jesuita de La Rioja, las otras eran Huaco, Nonogasta, Cuchiaco y Serrezuela. Formaban parte de esta estancia los potreros y aguadas de El Duraznillo y Las Cañas.

El nombre proviene de las vertientes de agua que afloran en el lugar a unos 30°C, muy mineralizadas, aptas para consumo pero que tienen un sabor característico. Los terrenos de la estancia fueron repartos coloniales de las tierras habitadas por los pueblos originarios.

Luego de la expulsión de la Orden (1776) pasaron a pertenecer a la familia Bustos quienes cambiaron su nombre por El Saladillo, al considerar poco honorable un establecimiento con nombre femenino. Era el auge de las familias patriarcales de la Generación del 80.

La última dictadura de 1976 destinó el lugar a entrenamiento de las fuerzas represoras, y quizás a Centro Clandestino de Detención. En 2020 el Gobierno provincial decide recuperar y poner en valor tanto los restos materiales como el paisaje natural, protegiendo la Yunga y su fauna.

  • Las primeras familias

“Acá lo que tenemos es un lugar que está habitado desde hace 10.000 años hasta el día de hoy, siempre y continuamente y fundamentalmente porque lo que hay acá es agua de superficie, es decir, tenemos vertientes que permanentemente proveen agua e incluso en tiempos históricos, mucho más atrás, digamos, hablando del año 0, entre el año 0 y el 500, también teníamos cursos de agua tipo arroyos o ríos que también eran de superficie y estaban a la vista, hoy esos se secaron”, relató Giuliano.

Agregó que en el lugar se asentaron “las primeras familias, los primeros seres humanos en pequeñas comunidades, no hablamos de poblaciones, hablamos de familias que se fueron asentando”.

“Hemos encontrado los cimientos de esas casas, los patios de esas casas; después durante la época colonial esto fue una estancia jesuítica. Las estancias jesuíticas fueron establecimientos productivos muy importantes porque permitían generar dinero para sostener el colegio de La Rioja”, precisó.

Remarcó que el colegio que los jesuitas tenían en La Rioja, que estaba ubicado donde hoy está el Provincial 1, el Colegio Nacional, era un colegio de excelencia y era el único que permitía, cuando regresaban, poder ingresar a la Universidad de Córdoba.

“Cuando los jesuitas crean el colegio, ponen una modalidad que no les gustó a los españoles en general, que es que podía entrar al colegio y educarse con ese nivel de excelencia cualquier persona, no solamente españoles, hijos españoles, sino también los hijos de los pueblos originarios, y eso era inaceptable para un español, entonces lo que deciden es cortarle los víveres y no hacer más donaciones”, continuó el relato.

Es así, puntualizó que los jesuitas, empezaron a crear estancias para sostener esos colegios. Así como las estancias de Córdoba hoy son patrimonio de la humanidad y estaban destinadas a sostener la universidad, en la zona estaban destinadas a mantener el colegio, para que puedan ser gratuitos.

  • Identidad

Adentrarse en el Parque Natural y Arqueológico Saladillo es explorar, conocer y sentir la identidad riojana. Impulsa a seguir haciendo preguntas, a continuar en la búsqueda de respuestas. Se trata en definitiva de una búsqueda permanente, de incluso romper con los relatos históricos amañados: ¿Dónde terminaron los negros esclavizados, sus descendientes? Podría ser uno de variados interrogantes.

Por Alejandro Delgado Morales – Fotografía: Pilar Delgado Niglia