Turismo, economía y los números reales del sector en el país

Hay enormes esfuerzos principalmente de provincias y específicos destinos turísticos del país por sostener logros alcanzados, por resguardar empleos, emprendimientos, alcanzar objetivos y ponerse espalda con espalda con los privados para no ceder ante los efectos de la economía actual. En este escenario, los números emergentes de los fines de semana extendidos son auspiciosos para algunos, relativos para otros, inflados en determinados casos y de poco valor para otra franja. Era y es sabido que el turismo no está exento de los bolsillos flacos.

Los beneficios que otorga una industria turística dinámica, pujante, son públicos y conocidos. También están a la vista los funcionarios de distintos niveles y los empresarios que vienen leyendo bien la coyuntura y se adaptan a los cambios incluso apelando a la imaginación.

La economía familiar de la mayoría en el país se encuentra en una etapa de finas selecciones y saben bien en el sector que una decisión turística por más ansiada o soñada bien puede quedar en un segundo o tercer plano en mérito a no tratarse de una prioridad.

Los resultados generados por observatorios u organizaciones que relevan movimientos turísticos forman parte de un trámite habitual, tanto para el análisis interno como la exposición pública. De la seriedad de esos trabajos dependerán las acciones y eventualmente las consecuencias.

De igual modo, vale citar que una sobre actuación de números y estadísticas tiene patas cortas. Lo mejor que ha probado el turismo nacional es el pensamiento común destinado hacia objetivos comunes, del tipo de los movimientos regionales y la interacción público-privada. No hay márgenes para disfrazar la realidad.

Por Alejandro Delgado Morales