Una recomendable experiencia de la vida cultural porteña

Poesía Abierta, rebeldía y libertad es un documental dirigido por Diego D’Angelo que recupera una experiencia clave de la vida cultural porteña durante la transición democrática: el Ciclo Poesía Abierta, desarrollado en Buenos Aires entre 1982 y 1996. Se trata de un fino trabajo de 5 años, búsqueda y hallazgos que en estos días recorre distintos rincones del país.

Impulsado por el poeta y periodista Daniel Giribaldi, el ciclo Poesía Abierta reunió a escritores, músicos, actores y personas sin experiencia literaria que se encontraban en bares de San Telmo para leer poesía. Ese acto repleto de aristas culturales, abrió espacios de libertad en tiempos de censura, listas negras y persecución política.

La iniciativa marca como punto inicial poco después de la guerra de Malvinas en un momento de efervescencia social, política y cultural. Un año antes había surgido Teatro Abierto y en ese clima también nacieron experiencias como Danza Abierta, Cine Abierto y Música Siempre.

En esas veladas interminables también participaron figuras como Teresa Parodi, Alejandro Dolina, Federico Luppi, Soledad Silveyra, Horacio Ferrer, Ramón Ayala, Virgilio Expósito, Amelita Baltar y Virginia Lago, entre muchos otros.

Buena parte de los encuentros de Poesía Abierta tuvieron lugar en “El Viejo Almacén”, el mítico bar de San Telmo fundado por Edmundo Rivero en 1969. Sin embargo, la película no transcurre sólo en Buenos Aires, sino que sigue a los protagonistas de esta historia por diferentes provincias argentinas.

“No queríamos hacer una película que fuera solamente filmada en Buenos Aires”, expresa Diego D’Angelo, al tiempo que hace hincapié en el carácter federal de la película que se filmó también en Avellaneda, Rosario, Córdoba, San Luis, Santiago del Estero, Salta y Chubut.

“Fuimos al interior de la Argentina a filmar con equipos locales”, señala el documentalista. Y remarca: “Fue una decisión darle trabajo a productoras del interior porque lo sentimos así”.

El proyecto

La idea para el documental surgió luego de que el director tomara contacto, casi por casualidad, con Beatriz Balvé, quien además de ser una reconocida periodista, actriz y dramaturga era la viuda del fundador de Poesía Abierta, Daniel Giribaldi.

Balvé, además, fue quien tomó la posta tras la muerte de su compañero y, junto a su hija Aurora, mantuvo viva esta propuesta literaria durante al menos una década más. En su casa de San Telmo, ubicada en Defensa 649, atesoró durante años una enorme cantidad de material inédito vinculado al ciclo.

Tras su fallecimiento, en plena pandemia, salieron a la luz cerca de 120 horas de audio, rollos en super 8 que se creían perdidos, fotografías y un minucioso registro de todas las personas que pasaron por Poesía Abierta.

Diego D’Angelo califica la producción de este film, que incluye cientos de horas de material de archivo, escenas ficcionadas y que se rodó en siete provincias argentinas, como un milagro.

“Producir cine en la Argentina en esta coyuntura cultural es un tema bastante complejo”, afirma en referencia al ajuste implementado por orden de Javier Milei en el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA).

Agrega que “con el cambio de gobierno tuvimos que achicar la película por falta de tiempo”, dice. “La película contó con la aprobación del INCAA, pero finalmente el instituto no puso casi nada, salvo algún tipo de restricciones para apurar el término de la producción”.

“A fin de cuentas, la película salió gracias al apoyo de mucha gente que confió en nosotros y terminó haciéndose en su gran mayoría con financiamiento privado”, señala.